miércoles, 4 de enero de 2012

El baile de medianoche.

Era medianoche, y nadie me invitaba a bailar. Mi príncipe azul no llegaba. ¿Dónde estás? Yo sigo esperándote, estoy guapísima. O al menos mamá dice que lo estoy. Aunque claro, ella no puede mentirme… Ahora ya no se qué creer. De todas formas, te estoy echando de menos. La música sin nadie que te acompañe es triste. Además pronto será la hora de marcharme y tú sigues sin aparecer. ¿Qué debo de hacer? Si me quedo, seré el hazme reír de todo el mundo. Lo siento, pero no quiero que nadie me vea llorar. Te dejo una nota encima de esta silla. Espero que la encuentres, solo tú sabrás nuestro secreto.


Cenicienta dejaba su zapatito de cristal para que aquel príncipe del que se había enamorado, la encontrase por toda la ciudad. Yo le dejaba aquel trocito de papel… Sí, yo también estaba enamorada.

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