lunes, 24 de diciembre de 2012

Las huellas me han conducido a ti



Él se dejó caer sobre la hierba con los brazos abiertos. Ella lo miró, dudando, sin saber cómo corresponder a los que parecía una invitación.

Cerró los ojos y aspiró profundamente, lo veía allí tirado, hermoso.

Se sentó a su lado sin hacer ruido. Sólo pensaba en que no abriera muy pronto sus ojos, porque así podías contemplarlo tranquilamente, recorriendo su cabello, sus hombros, el nacimiento de su pecho… Y luego sus brazos, sus manos, sus dedos.

-¿Sabes una cosa?- preguntó él de repente sin hacer el menos gesto-. Nada más llegar a este lugar, supe que iba a encontrarte.

-¿Eres adivino?- broméó jugueteando con su cabello.

-No es necesario... Las huellas me han conducido a ti.

-¿Qué huellas?

-El sonido de tu voz, tu olor…- sonrió dando un par de vueltas sobre la hierba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario