domingo, 16 de diciembre de 2012

Memorias

Se la veía mirando al vacío por aquella ventana con nostalgia. Nadie sabía por qué, pero todos los domingos lo hacía. Se sentaba en una silla y dejaba correr su imaginación.

En esos momentos, lo único que ella podía pensar es que quería verlo otra vez. Quería ver su sonrisa y esos ojos tan increíbles que tiene. Quería abrazarle de nuevo y no dejarlo marchar nunca más. No quería volver a separarse de él, no podía, su corazón no lo olvidaba. "No quiero a otra persona, ¿entiendes? Es a ti a quien quiero. Solo a ti. Sigues siendo el chico del que me enamoré." Pensó.

Se preguntó si debería haberle dicho que sí lo necesitaba, que su vida resultaba gris si él no estaba en ella para pintarla con su sonrisa, que en aquellos meses se había acostumbrado tanto a tenerlo cerca que ahora se sentía vacía y espantosamente sola.

Por un momento intentó dejar de pensar y se levantó para coger su móvil. Cuando lo hizo se le resbaló de las manos cayéndose al suelo y desprendiéndose de la tapa de atrás. No se había roto, pero cuando lo cogió para montarlo se dio cuenta de que había una nota dentro, la cogió y leyó "Estaré aquí. Esperándote. El tiempo que haga falta. B.".


"Eres peor que cualquier droga."

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